nunca puedo recordar a Vivi y no reírme porque una vez me dio un cabezazo ¿qué demonios le pasaba?
nunca me canso de imaginar que Vivi leerá esto algún día: «Vivi fuiste lo mejor de mi vida»
nunca me he sentido solo por más de un nanosegundo porque
nunca estuve solo porque
siempre estuviste ahí chingándome la vida
nunca te agradecí lo suficiente
nunca me di cuenta de tu paciente labor que implicaba curar mi humanidad, desde mi primera letra hasta la actualidad, con gasas de agua marina traídas desde tu playa olvidada, ya conocías el desenlace Vivi, lo habías visto muchas veces Vivi, te diste una manita de gato Vivi, me dejaste a flote Vivi, apartaste tus tormentosos deseos de destruir
nunca me fijé que tienes un nombre tan extraño para la vista Vivi Vivi Vivi Vivi Vivi Viví queriendo quererte menos Vivi Viví aletargado desde que me jodiste el tabique Vivi Vivi Viví como parásito en tu recuerdo hasta que pasó el dolor
ahora no sé qué tengo Vivi porque Viví esperando tu opinión oblicua acerca del espacio que abarcan mis manos
una teta, dos tetas, dos tetas y un corazón y toda la vida, decías reías
nunca olvidaré todas esas tonterías que me enseñaste a maquinar “¿y si a la gente le saliera un nuevo pezón por cada año cumplido?” decías reía-mos
nunca cometí la barbaridad de esperar que me esperaras
te sobraban años
a mí me faltaban
te sobraba talento
a mí me faltaba
te sobraba belleza y
nunca me dijeron Quasimodo,
pero poquito me faltó
nunca te gustaron los poemas que parecían escritos en 20 minutos, menos aun cuando realmente habían sido escritos en 20 minutos,
pero te escribo Vivi, te escribo y te creo
¿Qué símbolo puedo esconderte entre los muslos Vivi? Vivi Vivi Vivi Viviste cristalinamente, tú no eras otra cosa que luz, ni yo que un coyote con sangre de gallina en las encías huyendo de tus escopetazos Vivi Viví sobreviviéndote reincidiendo reincendiando tus huesos ruinas jaulas trincheras
nunca creí que me creyeras eso de que ibas a ser inmortal por este poema, por eso cuando creíste que te creí que me creíste no hacíamos otra cosa que mentirnos para acelerar los trámites del amor y de la muerte espiral que se escondía en cada beso que me atornillabas y viceversa cuando el día ardía Viví Vivi bebí Vivi
nunca he sabido como soltar tanto cachivache tanto recuerdo que vengo arrastrando
nunca he querido saber.
Aziz Córdova (Agua Prieta, 1995). Es poeta. Recientemente publicó el libro Como siempre llego tarde (o me vengo muy pronto).
Aziz Córdova. Tomada de su muro.