Mike Patton, al lado de Duane Dennison (The Jesus Lizard, Unsable…), John Stainer (Helmet, Battles) y el inseparable compañero de vida de Patton, Trevor Dunn (Mr Bungle, Melvins), nos sorprendieron en 2001 con un violento disco que llevaba el mismo nombre de la banda: ‘Tomahawk’. Ese fue, posiblemente, el proyecto más complejo de todos los que han salido de la mente extraña de Patton. Más allá de la fama de sus integrantes, la agrupación no debería ser llamada una súper banda, al contrario, es un proyecto que por derecho se ha ganado un lugar fuera del mainstream, sin comparación con las bandas, digamos, “oficiales” de estos músicos.
En sus tres discos previos crearon un sonido tan salvaje como disonante, llegando incluso con su disco ‘Anonymous’ a reinterpretar las melodías compuestas por los nativos norteamericanos, creando un documento histórico muy valioso, el cual lleva el título de anónimo justamente para darle el crédito a todos aquellos que contribuyeron con su creación.
Cumpliendo veinte años de su primer disco en plena pandemia, donde el semáforo cambia a un ritmo inexplicablemente caótico -o explicable pero no entendible- Tomahawk decide entrar al estudio de nuevo y en pleno encierro, sin perder ni un poco de su rabia, de su disonancia característica de la mano del productor Paul Allen, graban ‘Tonic Inmobility’, un disco mucho más sólido que los anteriores, un orden dentro del caos que significan sus canciones, un saber mantenerse estables en el camino, tanto de la composición como de la ejecución en forma colectiva, sin derrapar en ningún momento. Doce canciones más sólidas, mejor redondeadas pero sin perder ni el coraje, ni el caos que los caracteriza.
El viaje inicia con SHHH! Mostrando lo que Dennison es capaz de hacer con la guitarra. Un Math Rock distorsionado con una perfecta sección rítmica y un Patton siendo él: sabe que su voz es su instrumento y el que experimenta. Un inicio que solo puede ser en ascendencia y así lo dejan claro con Valentine Shine, un Punk Rock disonante, cacofónico que descansa totalmente en la voz de Mike.
¿A alguien se le ocurriría hacer una mezcla entre Kim Crimson y los GBH y que además salga una mezcla perfecta? Pues bueno, los Tomahawk lo hacen en Predators & Scanvergs, donde incluso se dejan ver algunos tintes zappianos, llenos de humor, sarcasmo, ironía. Con Doomsday Fatigue se toman un descanso de la rapidez. Lounge puro, denso, lleno de tensión, mucha paranoia, en la que a veces nos recuerda a los viejos Alice in Chains. Es posiblemente aquí donde Patton nos demuestre toda su capacidad vocal.
Las canciones restantes se mantienen en ese caos llamado Tomahawk, del cual Dennison con su distorsión, con sus riffs van dejando el sello característico de la banda a la par de una sección rítmica que con la llegada de Dunn se escucha mucho mejor. Más acoplada, con un mejor conocimiento por parte de los dos involucradas en marcar los tiempos.
Bussiness Casual es la canción mas floja de todo el disco. No por que sea mala, sino porque suena a vieja, como si hubiera sido compuesta hace más de veinte años. Le falta el punch que tienen las demás y que lo recuperan con Howlie, aumentan la tensión con Tattoo Zero, juegan un poco con Eureka, Patton nos recuerda su amor por las baladas y el Soul con SideWinder para después llegar a su mayor experimento en estas dos décadas. Recoil es una canción donde coquetean descaradamente con el Reggae y lo hacen de maravilla. No hay nada que reprocharles sobre esta canción. El disco cierra de forma perfecta con Dog Eat Dog, posiblemente una de sus mejores canciones de todo el disco y de todas sus composiciones. El cierre indicado.
Mientras que el mundo se va a la mierda y pagamos el precio de vivir condenados al encierro, a la muerte lenta que significa este colapso socio-ecológico, Tomahawk de la mano de Ipecac, nos toma por asalto con el mejor disco de su carrera y tal vez de los mejores del 2021.
Marzo 2021 Desde la rebelión contra Elisyum
*Jorge Tadeo Vargas Activista, escritor, ensayista, anarquista, biólogo, panadero casero, coordinador de LIDECS.