El punk como movimiento juvenil se caracteriza por ser rebelde, visceral y no para todos. Los jóvenes que vivieron la época de transición en la España post-franquista empezaron a gozar de una libertad que les permitió expresarse de distintas formas. Este brote de libertad les permitió sacar todo lo que tuvieron reprimido durante el franquismo, y qué mejor manera de hacerlo que con punk. La juventud española de los 80’s estaba muy enojada con su entorno, la situación no era fácil, había mucho desempleo y el gobierno los obligaba a entrar en la mili a los 18 años.
El punk como movimiento juvenil y de la calle era obviamente rebelde y extremo, a pesar de que sus raíces eran propuestas alternativas que significaban estar en contra de todo aquello que enajenara a la juventud. Muchos punks de la época cayeron en la apatía al entrar en el movimiento de las drogas, y en su momento la peor de todas, la heroína, que dejó secuelas irreparables dentro de la primera oleada de punk español.
Antecedentes
Antes de gestarse el hardcore como toda una escena en Barcelona, la ciudad y sus alrededores, ya se contaba con una escena punk hacia finales de la década del 70 y principios de los 80’s (en el país vasco las bandas punk radicales eran foco de atención y tenían una “escena” consolidada: La Polla Records, RIP, Kortatu, Eskorbuto, sólo por nombrar a las más emblemáticas y que hasta la fecha siguen en el gusto de la gente punk actual). La banda considerada como pionera dentro del punk en Barcelona son los geniales Último Resorte, liderados por la vocalista Silvia Escario. Formados en 1979, no llegaron a publicar nada hasta 1982, su primer EP homónimo, uno de los primeros discos punk de la “independencia” española, y también recordado como un disco totalmente vanguardista (en el sentido punk), para la época. Último Resorte se disolvió finalmente en 1984.
La transición del punk al hardcore
El momento histórico y crucial para que se diera la transición del punk al hardcore en Barcelona fue la visita a la ciudad, en el año de 1984, del grupo estadounidense Million of Dead Cops (MDC), quienes inspiraron a muchos jóvenes por la imagen más “casual”, por así decirlo, de su vestimenta (pantalones de mezclilla, bandanas, tenis, camisetas coloridas y con nombres y logotipos de otras bandas de Hardcore en Estados Unidos, donde el movimiento había iniciado en 1981), en contraposición con la imagen de los punks quienes eran más llamativos y radicales para vestirse (chamarras de cuero, crestas de colores, pantalones pegados al cuerpo, botas de soldado y cadenas).
En 1984, durante el concierto de MDC en Barcelona, al cual acudieron aproximadamente unas 150 personas, el público quedó impresionado y enganchado con la banda americana, pues además de una vestimenta menos llamativa que la de los punks, tocaban más acelerado, violento y agresivo (hardcore punk), gritando las letras un vocalista nada afeminado quien se jactaba públicamente de ser homosexual y hablando abiertamente en sus letras contra la homofobia, el vegetarianismo, los cambios políticos, sociales y demás propuestas que clamaban por alternativas para un cambio social y personal. A diferencia de los temas que hablaban de la mierda del sistema, ser anti-todo y ver la vida como algo sin futuro, apática, nihilista y sin sentido. Uno de los elementos que ayudó mucho fue que en ese entonces los MDC contaban en sus filas con un bajista chicano quien entre canción y canción comentaba en español de qué hablaban las letras, transmitiendo el mensaje a los espectadores, mientras los punks le gritaban mierda y le ordenaban que se callara y siguiera tocando. A pesar de esta actitud de los punks catalanes fue inevitable que se diera un antes y un después dentro de la escena en Barcelona teniendo como antecedente este concierto histórico donde se inició el hardcore en esta ciudad.
Este concierto influenció a muchos de los asistentes y a partir de ese momento surgieron los primeros grupos de hardcore, quienes aceleraron el sonido del punk a una velocidad impensable en esos días. Los primeros grupos que surgieron fueron: L’odi social (antes odio social), GRB, Antidogmatikss y los nada infames Subterranean Kids, quienes son considerados como los abanderados del hardcore en Barcelona y que le dieron la esencia al movimiento. Todos los grupos anteriores dejaron abierto el camino para un montón de bandas de culto que les siguieron y que dieron mucho de qué hablar a finales de los 80’s y mediados de los 90´s, cuando el movimiento dejó de ser underground y se fue matizando de manera más comercial.
Bandas geniales de esa época fueron: HHH, Rouse, Plastidecore, Corn Flakes, Penguin Village, Innocents (las tres últimas con tintes más melódicos), 24 Ideas y All Ill, con un hardcore agresivo y bruto, al más puro estilo Negative Approach (Michigan E.U.), X-milk, Carry Out, E-150, Seqzion Demenziados, Overthhhrow (estos dos últimos con un sonido más thrash y/o crossover onda más Cryptic Slaughter de California). Todas estas bandas tomaron del punk la ideología del Hazlo tú mismo (D.I.Y. por sus siglas en inglés), mediante la cual maquilaban sus propios demos de manera casera e independiente, siendo distribuidos por sellos también independientes como B-core, Tralla, Overdrive, Mala raza, Potencial hardcore y muchos más que han ido surgiendo hasta la fecha.
Actualmente se puede conseguir material de la mayoría de las bandas antes citadas por medio de sellos y distribuidoras independientes, si es que los quieres conseguir en sus ediciones originales, o bien buceando por la Internet.
El hardcore en la ciudad de Barcelona sigue vomitando bandas por montones, lo curioso es que muchos de sus miembros tienen a su vez otros grupos, por lo que es común que toquen en dos, en tres o más bandas, contagiando poco a poco a más seguidores con este sonido agresivo, rápido, visceral y sobre todo, aportando ideas que se apliquen de manera crítica y positiva al individuo y a la sociedad. El hardcore en esta ciudad seguirá dando mucho de que hablar. Como dijo Aznar en su tiempo: “España va bien”.