Tratar de dimensionar a Bob Mould (NY, 1960) a la primera impresión es harto difícil, un desafío enorme que, además, estoy seguro es un ejercicio estéril. No sólo porque la presencia de Mould no podría ir acorde a su creación artística -dirían algunos- pero además, con alguien de su trayectoria hay que ir más allá, incluso de la mítica banda de Hardcore Husker Du, que fue con quienes se volvió célebre por la aportación que le hicieron a la música en general y al punk en particular. También hay que revisar sus 16 discos como solistas, en los cuales recorre todo un mundo de influencias musicales, artísticas y políticas.
Después de haber sacado uno de los mejores discos del 2019, Sunshine Rock, en este extraño año regresa con una producción que de cierta forma vuelve a lo mejor de sus raíces musicales con Blue Hearts, un disco que bien pudo haber sido firmado por los Husker Du o los Sugar, sus dos bandas. El sonido más punk, más agresivo. Un disco que es una forma de enfrentar el presente regresando al pasado.
En once canciones retrata la crisis de conciencia que se vive en Estados Unidos y en todo el mundo. Es una fotografía de todos los problemas en los que estamos metidos: la confusión en la que vivimos, la necesidad de encontrar una salida a la desesperación que se ha apoderado de nosotros.
Para alguien que le tocó vivir de lleno, como adolescente, la pesadilla Reagan, era importante lazar un manifiesto contra el gobierno de Trump antes de que fueran las elecciones. Así lo hizo. La rabia, la urgencia están en cada una de las canciones. Desde “Heart on my Sleeve” con un temo lento, acústico, criticando la polarización que se vive en los Estados Unidos pero que bien podría aplicarse a cualquier otro país en el mundo para luego continuar con la ráfaga punk en “Next Generation”, “American Crisis” -la canción mas hardcore de todo el disco- “Fireball”. Las tres son prácticamente, y en palabras de Mould, un llamado a las armas. Con “Forecast on Rain” nos da un respiro en cuanto a la música; un pop rock suave, tranquilo y una letra que nos invita a la reflexión personal para después llevarnos a bailar con “When you’re left” – ¿Todavía hay gente que se considere de izquierda en el mundo? –
“Blue Hearts” puede considerarse un viaje al pasado para comprender el caótico presente, confuso, desesperante y desde donde el futuro no parece favorecernos. Este viaje lo hace no sólo desde la música, sino también letristicamente hablando. Es una declaración de principios de alguien que desde hace décadas produce sonidos y letras que nos invitan a algo, que nos enseñan a pensar. Mould mezcla gran parte de sus influencias -hasta la electrónica se deja sentir un poco- y así desde el pop setentero en “A Little pieces” al funk en “Baby needs a Cookie” pasando por el rock de estadio con “Leather Dreams” que además es de las pocas canciones donde habla abiertamente sobre su homosexualidad y lo que implica vivirla en estos tiempos a su edad, hasta llegar al final del disco con una hermosa balada en “The Oceans”, cerrando el ciclo. Está bien estar enojado, está bien estar cansado, está bien sentirte roto, incluso rendirte, no importa. Con lo que tenemos de frente no es para menos, así lo dice en la última canción, lo deja muy claro.
Mientras escuchaba el disco por enésima ocasión, para hacer esta reseña, me topé con la frase tan de moda: “cállate boomer”, utilizada para referirse a una generación que hace años perdió toda la esperanza; generación a la que pertenece Bob Mould y que sigue produciendo grandes discos: críticos, activos. Mould tiene tanto que decirnos que solo puedo pensar: “no te calles boomer, no dejes de cantar.”
Escucha el álbum completo aquí.
*Jorge Tadeo Vargas Activista, escritor, ensayista, anarquista, biólogo, panadero casero, coordinador de LIDECS.